La reciente crisis económica y el desarrollo digital exponencial han dibujado un nuevo sector monetario: la creación de criptomonedas (monedas virtuales) como alternativa al sistema tradicional.
Surgen como una solución a las necesidades de los usuarios. Tienen una clara aspiración de liberarse de los agentes tradicionales del circuito monetario actual. No las puedes guardar en tu cartera. Tampoco las puedes contabilizar en tu cuenta bancaria, porque no son monedas oficiales. No existían hasta 2009, pero en la actualidad hay más de 1.000. La más conocida es el Bitcoin, pero hay otras que empiezan a ganar popularidad como el Ethereum y el Ripple. Las criptomonedas se pueden subdividir a su vez en: altcoins, metacoins, appchains o appcoins.
¿Qué son las criptomonedas?
En sus inicios, las criptomonedas tenían un uso y una demanda muy limitada. Sin embargo su popularidad ha aumentado en los últimos años por su seguridad (son casi imposibles de falsificar, gracias al código que encripta cada transferencia), su bajo coste transaccional y la descentralización (no están controladas ni reguladas por alguna autoridad, y son de un solo dueño, lo que determina su precio en el mercado).
Tienen un valor en monedas tradicionales, es decir, pueden ser cambiadas por dólares, euros o cualquier otra moneda.
También ha aumentado la cantidad de productos o servicios que se pueden adquirir: desde una taza de café a un apartamento. De hecho, hace ya unos años surgió la iniciativa “Calle Bitcoin”, que promueve el pago en establecimientos físicos con este tipo de monedas. Un ejemplo lo encontrarás en la en la calle Serrano de Madrid con más de 20 establecimientos que aceptan el pago mediante dicha moneda.
¿Y los países las aceptan como medio válido de pago? Pues según el país y según la moneda. Algunos como, por ejemplo, Japón, incluyen el Bitcoin, desde el 1 de abril de 2017, en su nueva ley monetaria. Otros, como Venezuela, crean la suya propia: el Petro.
¿Quién las emite?
El precio de las monedas virtuales se determina por la oferta y la demanda. Se emiten de diferentes formas. Por ejemplo, el Bitcoin se “descubre” mediante lo que se conoce como minería (Bitcoin mining). Ésta consiste en resolver problemas informáticos a cambio de una retribución en esta criptomoneda. Cada operación que se realiza para resolver uno de los problemas se va agrupando en bloques (Blocks), y para validarlo se le asocia una clave informática llamada Hash (una fórmula matemática sintetizada en muy pocos caracteres con una gran cantidad de información). No hay dos hash iguales, y no se pueden modificar. Cada bloque cuenta con un hash nuevo y con el hash del bloque inmediatamente anterior. De esta forma se va construyendo una cadena de bloques con toda la información o Blockchain. En este supuesto, cada vez que un minero encuentra valida un hash, gana 12,5 bitcoins.
Las granjas de minas
La minería no se basa únicamente en generar dinero, también es una parte fundamental en el funcionamiento de la criptomoneda. Los mineros hacen que se mantenga estable y segura, encargándose de liberar nuevas monedas y verificando las transacciones realizadas por cualquier usuario, que finalmente serán añadidas al Blockchain o cadena de bloques. Durante los primeros años era realmente fácil realizar este tipo de “minería” y cualquiera con un ordenador personal podía hacerlo. En la actualidad se ha complicado y requiere de una potencia de procesamiento elevada. Por eso una de las prácticas más habituales es la de unirse en “mining pools” o grupos de mineros, frente a las enormes granjas de minas, muchas de ellas chinas o islandesas, que actualmente copan el mercado.
No hay que olvidar que, por ejemplo, la minería de Bitcoin conlleva un gasto medio de electricidad de 41,42 teravatios-hora, según el Índice de Consumo Energético de Bitcoin.No todas las criptomonedas están ligadas a la minería digital, como es el caso del Ripple.
Su regulación en España
En España, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y el Banco de España consideran necesario proteger al consumidor, pero no dice nada sobre su legalidad. La última información aparecida en el BOE, es que se va a estudiar su repercusión fiscal. Por tanto en 2018, la Dirección General de la Agencia Tributaria comenzará a investigar los nuevos modelos de negocio usados en las distintas manifestaciones de la economía digital (como blockchain y las criptomonedas). Para ello dotará a sus investigadores de nuevas tecnologías de análisis como el Big Data para evitar fraudes y detectar el uso de criptomonedas y otras formas de pago en los actos delictivos en la red.
¿Qué dice la Unión Europea?
Por su parte la Unión Europea sí ha puesto algo de luz sobre este fenómeno, con la propuesta de Directiva COM (2016) 450 final 2016/0208 (COD) de modificación de la Directiva de Prevención de Blanqueo de Capitales (EU) 2015/849 (4AMLD) incluyendo dentro de su ámbito de aplicación a las Agencias o Plataformas de cambio de Monedas Virtuales que quedan sometidas a supervisión, con arreglo a la legislación sobre el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo a nivel nacional.
Así mismo la Unión Europea ha planteado la posibilidad de crear un registro de identidad para todos los clientes de comercios que usan criptomonedas y el estudio del uso de las criptomonedas en actividades criminales, como el blanqueo de dinero o el terrorismo.
Bitcoin
El Bitcoin fue la primera moneda virtual. Ha sido la pionera y de su idea han surgido muchas más el mercado de las criptodivisas. Es la más conocida y la utilizan muchas personas en el mundo para realizar sus operaciones económicas. Además, son muchas las empresas que ya permiten el pago de sus productos con ella. La moneda establece su propio límite en un total de 21 millones de Bitcoins, que nunca podrá superarse. Su creación se remonta a 2008 y en 2009 comienza a operar.
¿Cuánto vale un Bitcoin?
El precio de un bitcoin queda determinado por la oferta y la demanda de sus propios usuarios y lo mejor para saber el valor de ésta y de otras monedas es muy recomendable visitar los datos que Coinmarketcap ofrece en tiempo real.
Una vez dentro de la tabla de datos, hay que prestarle atención a la siguiente información:
Market Cap: es la “Capitalización de mercado”. Es una variable básica y de mucha importancia, que resume la cantidad total invertida en la criptomoneda en todo el mundo. Indica la madurez del mercado.
Price: es su “Precio”, es decir, el valor de la criptomoneda en el mercado. Depende de la “Capitalización de mercado” y de la cantidad circulante de la misma (la cantidad total minada hasta la fecha).
Circulating Supply: o “Circulante” es la oferta actual de una criptomoneda. Según se minan más criptomonedas el circulante va aumentando y en base a ello el precio puede fluctuar.
Ethereum
En lugar de competir con Bitcoin, Ethereum se complementa, ya que es un sistema operativo que permite a los usuarios crear aplicaciones basadas en monedas virtuales. Se puede utilizar para crear plataformas de crowdfunding, compañías digitales autónomas o incluso criptomonedas. Por tanto con este sistema, si una persona decide montar una aplicación para hacer transacciones, podría crear una moneda virtual hecha a la medida del servicio que se ofrezca. El dinero de Ethereum se llama Ether.
Más información en la página web de Ethereum.
Litecoin
Litecoin es otra criptomoneda que permite realizar pagos instantáneos a cualquier parte del mundo sin apenas coste. Es una red muy simple y útil para aquellos que necesitan mover pequeñas cantidades de dinero rápidamente. También se complementa con Bitcoin.
Más información en la página web de Litecoin.
Dash
Dash se utiliza para transacciones entre consumidores, aunque inicialmente se pensó para un uso diario en comercios o similares. A día de hoy podríamos pensar en Dash como un posible sustituto de PayPal. Muchos establecimientos aceptan Dash igual que la moneda en curso legal del país, pero la transacción es más rápida ya que no hay que esperar un día o dos para ver el cargo del pago en la cuenta. Otra de sus ventajas es que te permite mantener la privacidad de tus finanzas de forma similar al efectivo.
Más información en la página web de Dash.
Ripple
Está considera la criptomoneda de los bancos. Es un sistema virtual de pagos en tiempo real basado también en la tecnología de blockchain. Permite enviar y recibir dinero en sólo 10 segundos (es más rápida que Bitcoin). Permite la conversión entre distintas divisas y criptomonedas.
Más información en la página web de Ripple.
¿Debo invertir en criptomonedas?
Las criptomonedas se han consolidado como un activo a considerar en cualquier cartera de inversión. Actualmente muchos las consideran una de las mejores decisiones de inversión para aumentar el patrimonio por diversas razones: por un lado la tecnología y la seguridad detrás de las criptomonedas. También es importante su trayectoria. No olvidemos que desde 2008 los inversores en este tipo de monedas se han beneficiado mucho del aumento de los precios. Puede usarse en casi cualquier parte del mundo.
Hay que tener en cuenta también los posibles riegos. Son muchos los expertos en negocios que creen que las criptomonedas no son más que otra burbuja económica y que nunca pasará la prueba del tiempo. Pero el gran punto que preocupa a todos es su volatilidad: puedes ganar mucho dinero pero también puedes perderlo en un instante. Finalmente ten cuenta los aspectos legales de cada una de las monedas.
Una vez valorados los pros y los contras, si quieres invertir en criptomonedas, tienes tres opciones: minería, puedes contribuir con un equipo informático al encriptado de la red que verifica sus transacciones o invertir en empresas que gestionen pools de minas, compraventa en plataformas exchange, donde puedes intercambiar una criptomoneda por otra o bien por euros, o trading mediante brókers especializados.
Para poder guardar tus monedas virtuales necesitas tener un monedero (un software que te da una dirección única, como si fuese un mail, que crea una firma digital y verifica tu identidad para el acceso a la cartera). Aquí también tienes diferentes opciones. Las más conocidas son Coinbase, una cartera Bitcoin online para comprar, vender, enviar, recibir y almacenar dicha criptomoneda. Permite cambiar cualquier moneda por una moneda virtual.
Otras opciones similares las encontrarás en CoinCorner, Coinmama y 247Exchange.
DEL CYPHERPUNK A SATOSHI NAKAMOTO
El origen del ideal de criptomonedas viene del movimiento Cypherpunk de los 80. Éste aboga por el uso extendido de la criptografía como herramienta de cambio social y político. Tenemos que remontarnos a 1983 para encontrar las primeras referencias relativas a lo que hoy conocemos como “criptomoneda”. En ese año David Chaum puso la primera piedra con un documento titulado: “Advances in Cryptology: Proceedings Of Crypto”. Poco tiempo después, en 1990, usando criptografía, creo Ecash. Fue concebido como un sistema centralizado de dinero electrónico que permitía transacciones anónimas y seguras. Se realizó a través de su corporación Digicash y desde 1995 a 1998, se empezó a utilizar como un sistema de micropago en algunos bancos mundiales hasta el año 2000: Mark Twain (EE.UU), St. George Bank (Australia), Credit Suisse (Suiza), Deutsche Bank (Alemania), Bank Austria, Dan Norske Bank (Noruega) y Merita Bank (Suecia).
El siguiente momento relevante lo encontramos en 1997. En ese año Adam Black propone Hashcash para combatir el correo basura o spam. Lo hace a través de un sistema de prueba de trabajo o “Proof-Of-Work System”, que evita comportamientos indeseados y requiere que el cliente del servicio realice algún tipo de trabajo que tenga cierto coste y que es verificado fácilmente en la parte del servidor. Sin darse cuenta estaba asentando las bases que actualmente se usan en criptomonedas como Bitcoin.
El misterioso creador de Bitcoin
En 2009, bajo el seudónimo Satoshi Nakamoto, ve la luz Bitcoin: la primera criptomoneda completamente descentralizada, que utiliza una cadena de bloques o “Blockchain”, con prueba de trabajo. Nakamoto desarrolló el ideal de 1998 de “b-money“, del criptologo Wei Dai, en el célebre “Bitcoin: A Peer-to-Peer Electronic Cash System” de 2008, en el que se describía una sistema de intercambio basado en una moneda electrónica irrastreable y anónima.
La siguiente criptomoneda que surgió tras Bitcoin fue Namecoin, en abril de 2011. 6 meses después nació Litecoin. Y un año después Peercoin que fue la primera en utilizar un híbrido de “Proof-Of-Work/Proof-Of-Stake” (prueba de participación).